💔 Prostitución interracial o alquiler emocional

Rocío Aso Iguarán en retrato editorial, artículo sobre prostitución interracial y alquiler emocional en la era del deseo globalizado.

Durante décadas, España reprimió el deseo a base de sotana, culpa y silencio.
Sin embargo, un día abrieron las fronteras…
y el deseo entró con visado, escote y acento.


“Ay, qué rico, papi”
“Eres deliSioso”
“Yo te quiero a ti, no a tu dinero…”

Dicen lo que el ego europeo necesita oír después de años de afecto en formato PDF.
Son carisma con urgencia, dulzura con estrategia.
Entran por la lengua y firman permanencia con las palabras correctas:
eróticas, suaves, y con tilde emocional.


“¿Dónde estás?”
“¿A qué hora vienes?”
“¿Quién te ha escrito?”


“Sí, señol”
“Yo no entiendo”
“¿Quieres salsa extra?”

No discuten, no porque no puedan, sino porque no quieren.
No molestan, al menos en apariencia.
Y no se mezclan. Ahí está su verdadera estrategia.
Son la opción silenciosa del menú emocional.
Regentan tiendas, fríen cosas, te ofrecen croquetas sin jamón.
Son amor empaquetado con silencio y horario laboral.


Ellos vienen pobres, fértiles y con una religión que no pide, ordena.
Las embarazan, empadronan, legislan.
Y cuando se separan, los niños se van con apellido impronunciable y patria nueva.

Ellas, entre Primark y el velo,
sujetan el iPhone sin manos, con una culpa que no es suya,
pero que las encierra igual.



Latinos:
Reguetón en el oído, flores de gasolinera, y una furgoneta mejor que tu coche.
Trabajan sin rechistar, se enamoran fuerte… o desaparecen sin rastro.

Rumanos:
Todo lo hacen mejor. “Yo rápido. Yo jefe.”
Mientras su pareja lleva dos años esperándolo para salir a pasear.

Asiáticos:
No se enamoran. No se quejan.
Solo trabajan. Venden. Ahorran.
Y duermen detrás del mostrador.


💣 PD:

Y yo, que también he dicho “te quiero” con intención de quedarme,
aprendí tarde que el deseo globalizado no besa: transfiere.

🖤 Rocío Aso Iguarán

Firma de Rocío Aso Iguarán

Si esto te dolió, imagina lo que aún no te han contado.

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