IA: La Nueva Religión Milagrosa que Nadie Quiere

Mujer con gafas rosas y camiseta “I LOVE IA” posando para artículo crítico sobre cursos y certificados de Inteligencia Artificial.

La Inteligencia Artificial ya no es futuro: es fe. La nueva religión del siglo XXI no tiene santos ni milagros documentados, pero sí legiones de creyentes que esperan cada día un acto divino en forma de algoritmo. La paradoja es deliciosa: todos la desean, pero nadie la admite; todos la usan, pero pocos entienden cómo.

Cada era necesita sus iluminados, y esta no iba a ser menos. Los apóstoles de la IA son esos gurús de timeline que viven de vender mística digital disfrazada de productividad. Gente que convierte conceptos básicos en trending topics y te hace creer que si no hablas su dialecto encriptado… eres un pecador digital. Lo gracioso: la mayoría no ha creado nada más allá de sus hilos de Twitter. Y un curso que a la corta dejara de funcionar

Subimos un peldaño y encontramos a los sacerdotes del algoritmo. Son los que, por 199€, te ofrecen un curso exprés para convertirte en «Prompt Engineer» o «MidJourney Pro». Cursos que son poco más que catequesis digital, donde el dogma es claro: paga primero, pregunta después. Y así mantienen el negocio: no democratizando el acceso, sino blindando la falsa élite.

¿Y los pecadores? Esos sí que saben facturar. Aquí la IA se convierte en carne digital: avatares hiperrealistas, deepfakes subidos de tono, y perfiles falsos que recaudan más que cualquier influencer humano.
(Cierto avatar “hiperrealista” facturaba en más de 3000 euros mensuales en Fanvue (el OnlyFans rosa). sin haber existido nunca...)
La IA ya no solo hace milagros: los monetiza.

La parte más salvaje del guion: la guerra ya no es entre humanos y máquinas. Es IA contra IA. Cada día nace una herramienta que promete destronar a la anterior, mientras la gente se ahoga entre tantas opciones, creyendo que por usar algo sofisticado… ya son parte de la élite.
Pero la verdad es esta:

Apóstoles, sacerdotes, pecadores… Todos bailan alrededor de una fogata que promete calor pero rara vez ilumina. La IA, en esencia, sigue siendo una herramienta. Lo que falta, como siempre, es criterio.
Pero pensar es gratis, y ahí está el problema: pocos lo practican.


🤖 ¿IA? La Farsa Bien Empaquetada

Hablemos claro: la Inteligencia Artificial se ha convertido en el nuevo juguete de moda, pero detrás del brillo hay la misma trampa de siempre: vender humo a quien busca atajos.

¿Por qué en las escuelas y universidades nadie enseña IA con criterio? Porque ni ellos mismos entienden la dimensión real del asunto. Se limitan a meter cuatro definiciones en una presentación, subirse al carro tecnológico y sacarse selfies con la palabra “innovación”.

Mientras tanto, los gurús digitales han visto el filón: cursos exprés, certificados que no valen ni el PDF donde los descargas, y promesas de convertirte en “experto” tras dos horas de vídeo y tres clics. Lo peor es que funciona: la gente paga.

¿Son asequibles? Algunos.
¿Sirven? Casi nunca. Porque aquí está la verdad incómoda:
👉🏼 La IA no te hace más listo. Solo amplifica lo que ya traías de casa. Si no sabes pensar, no hay algoritmo que lo solucione.

Pero claro, es más fácil pagar por la ilusión de tener poder que sentarte a desarrollar pensamiento crítico.
Esa es la religión real: el culto a la inmediatez. Y siempre hay alguien en la puerta del templo cobrando entrada.

🖤 Rocío Aso Iguarán

Firma de Rocío Aso Iguarán

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