🔥 VERANO 2025: España En Llamas (Y Todos Brindando)

Rocío brindando con cerveza frente al mar durante el verano 2025 en España, símbolo irónico de la crisis turística nacional.

Crónica brutal del colapso con aire acondicionado y pulsera “todo incluido”


Calles llenas, cañas frías, fotos felices. La fachada: España sonríe. La realidad: un país que suda precariedad bajo toldos patrocinados por cervezas de marca.

El dato detrás del postureo: Según fuentes policiales, hasta un 40% de los bares costeros operan como tapaderas para el blanqueo.
El camarero que te sirve lleva dos turnos seguidos y sueña con ser repartidor, porque ahí le pagan más.


Marbella, Torremolinos, Benidorm: un solo decorado con mil influencers. Las abuelas con testamento precario dejan sus pisos a hijos atrapados en hipotecas heredadas como deudas emocionales.
Los nietos, con carreras que no valen ni el cartón del diploma, los redecoran con muebles de Wallapop y los suben a Airbnb por 300 € la noche como “retiro mediterráneo con alma vintage”.
El barrio, antes de obreros, ahora huele a aftersun y croissant congelado.
Los políticos hablan de “turismo sostenible” mientras se frotan las manos con las tasas.
Y la historia familiar… convertida en experiencia premium con código QR.

Frase puñal: “El litoral español ya no se visita: se monetiza.”


Sánchez y Feijóo se pelean con titulares en Prime Time mientras la inflación se come la nómina del mes.
El bono cultural es trending topic, pero no cubre el alquiler ni una entrada al cine sin descuento.

Escándalo real:

Remate brutal: “Gobernar en España no es gestionar: es simular que haces algo mientras las terrazas sigan llenas.”


Caña a 4,50 €, salario mínimo a 1.350 €, alquiler imposible. Pero eh, el viernes hay DJ.
“Nunca tendrás nada, pero serás feliz” —y sí, los podemitas tenían razón, aunque la felicidad ahora viene con «caña en la playa” y quemaduras en la planta de los pies.
La fe se predica desde chiringuitos donde una Coca-Cola cuesta 9,50 €, las olivas son de Hacendado y los cuencos, “minimalistas”.
Pensar estropea la decoración.

Fenómeno colectivo: Total, qué más da. Si todo se hunde, al menos que sea con vistas al mar.


En el fondo lo saben todos: esto es una tregua estética.
En otoño vuelven los impagos, los cierres de negocios y el despido elegante.
Pero en la playa, eso no importa. Mientras el WiFi funcione y el hielo esté frío, la verdad puede esperar.

Gran mentira colectiva: “No hay crisis, hay calor.”


“Si esto no es distopía, ¿por qué los ricos veranean en Croacia y tú pagas 3€ por mear en una playa pública?”…………..


🖤 Rocío Aso Iguarán

Firma de Rocío Aso Iguarán

Hace 42 grados, tengo 30 euros en la cuenta y aún creo que estas vacaciones me las merezco.

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