Bienvenidos al capítulo final de la cristiandad. El nuevo Papa es americano. ¿Eso qué significa? Que la fe ahora tiene subtítulos, traductor simultáneo y un fondo de pizza de pepperoni consagrada. No te confundas: esto no es religión, es marketing religioso de alta gama con olor a bourbon y a TikTok.
Porque sí, ser Papa ahora es como ser influencer. El Espíritu Santo te da like y el algoritmo te canoniza. El nuevo León XIV no multiplica los panes, pero sí los reels. Ha sido elegido por una cúpula que ya no mira al cielo, sino a la bolsa de valores vaticana y al trending topic de turno.
🙏 La fe ha muerto. Larga vida al espectáculo.
La religión ha dejado de salvar almas para salvar estadísticas. ¿Misas? Las justas. ¿Milagros? Solo si vienen con efectos especiales y banda sonora. El nuevo cristianismo es un mix entre una homilía y un tutorial de autoayuda en YouTube. Más likes, menos liturgia. El nuevo Papa no tiene apóstoles, tiene community managers.
Y en esta misa woke todo cabe: rosarios inclusivos, hostias sin gluten, confesiones en stories y padrenuestros traducidos al lenguaje no binario. Si Jesús volviera, lo cancelarían antes de que llegue al Calvario por violencia simbólica con látigos. La cruz es fascista. El pan es una apropiación cultural. Y Dios… Dios ya no es trending.
🔥 Dios como marca. Jesús como filtro.
Ya no se cree para ser mejor. Se cree para tener contenido. El Vaticano ya no se divide entre fieles y herejes, sino entre los que monetizan y los que no. Mientras tanto, millones siguen buscando consuelo y reciben merchandising con incienso de AliExpress. La religión ha sido hackeada por la cultura pop y convertida en una aplicación más del capitalismo emocional.
🧎♂️ Spoiler: nadie va a salvarnos
Los islamistas crecen, el cristianismo se autoparodia, y los ateos hacen yoga con incienso sin saber por qué. La única certeza es que la fe ya no es refugio. Es espectáculo. Una guerra cultural con crucifijos de neón, moralinas a granel y discursos que suenan como discursos políticos pasados por el confesionario.
Y mientras unos rezan, otros facturan. Porque ya no se trata de fe… se trata de audiencia.
✝️El Multiverso de la Fe (versión extendida)
La religión ya no es un camino espiritual. Es contenido premium. Y como todo lo que aspira a entretener en esta era de déficit de atención, ha copiado lo que más vende: Marvel.
Sí, has oído bien. El Vaticano ya tiene su propio UCM: Universo Católico Multilateral. El cielo es ahora un multiverso de buenas intenciones sin presupuesto, donde cada nuevo Papa es como un reboot que nadie pidió, pero todos comentan en Twitter.
Mientras tanto, en esta guerra cultural, hay que posicionarse:
👉 ¿Eres del equipo Capi (cristianos nostálgicos que creen que Jesús tenía una newsletter)?
👉 ¿O del equipo Iron Man (ateos con superioridad moral que no creen en Dios pero sí en los NFTs)?
👉 ¿Islamistas con Wi-Fi? También. Y no olvidemos a los budistas, esa especie de meme zen que sonríe mucho pero nunca opina, como si la iluminación viniera de ignorarlo todo.
El nuevo Papa viene de América. Como los superhéroes. Pero sin superpoderes. Solo tiene un don: una halitosis más tóxica que una fuga en Chernóbil y un discurso de TikTok con olor a catolicismo woke. Lo llaman progreso. Yo lo llamo casting fallido.
A estas alturas prefiero creer en Spiderman: al menos ese sí aparece cuando lo necesitas. Es tu amigo y vecino, no tu CEO espiritual con sotana y community manager.
Porque hoy, la fe no convierte
Solo convierte likes en obediencia.
Y si dudas, reza. Pero con el móvil en silencio, que la señal con el cielo ya no va por incienso: va por fibra.
PD: Escribo esto con una copa de vino barato (sin santificar) que me está sentando como Dios.
De fondo suena Like a Prayer de Madonna. Porque si vamos a rezar, que sea bailando.
🖤 Rocío Aso Iguarán
