✍️ Introducción
El feminismo radical ya no lucha por la igualdad: lucha por la cuota de pantalla. Hemos pasado de exigir derechos a fabricar enemigos imaginarios y pancartas recicladas. ¿La guerra entre hombres y mujeres? No existe. Es puro espectáculo, un teatro donde el victimismo se disfraza de revolución y las redes sociales hacen de telón.Mientras tanto, se nos vende empoderamiento en tarros de crema antiarrugas y camisetas de 30 euros. Y en esa lucha de cartón piedra, hay un enemigo silencioso que siempre gana: el semen. Machista por naturaleza, imparable como un patriarcado postcoital.
Este artículo no es una crítica a las mujeres: es una disección de la mentira vestida de lucha. Y si crees que exageramos, mejor sigue leyendo… porque lo que viene te va a despeinar.
🦸♀️ Wonder Woman sin acolchado (pero con faja)
El feminismo político español no es Wonder Woman: es Wonder Woman sin relleno, con la capa deshilachada y sin espada. Al menos en Estados Unidos te venden el disfraz completo, hasta con “wonderbra” de plástico.
👉 Pero Wonder Woman también era fuerte, protectora, una guerrera que no pedía permiso.
👉Es símbolo de una mujer poderosa sin pedir perdón, sin necesitar más aval que su fuerza.
👉 Hoy hemos cambiado la espada por la pancarta… y la armadura por un hashtag.
“Una mujer fuerte no necesita lema: su silencio ya incomoda.”
✂️ El flequillo y el orinal
Formar parte de algo no es nuevo. Pero en este feminismo de vitrina, ser parte es aceptar un uniforme:
– Flequillo cortado con orinal.
– Camiseta oversize con lema desteñido.
– Mirada agria en TikTok denunciando la opresión… desde un iPhone 14 pro Max.
👉 La pertenencia no libera: solo hace más visible la etiqueta. Porque mientras más gritamos lo obvio, más nos alejamos de lo esencial.
⚔️ Una guerra que no existe
Estamos en una guerra entre hombres y mujeres que no existe. Spoiler: la igualdad la ganará una inmigrante con andares salerosos, que nunca leyó a Simone de Beauvoir pero que cobra igual sin hashtag.
👉 La igualdad no necesita pancartas ni comités: la igualdad sucede cuando nadie tiene tiempo de celebrarla.
👉 Cada vez que alguien la proclama en voz alta, retrocedemos tres pasos hacia la caricatura.
🐄 La vaca y la mascota
Una feminista de redes sociales tiene más en común con una vaca lechera que con un ser humano: ambas ordeñadas por un sistema que no ven.
✅ El feminismo te factura por formar parte de una fantasía.
✅ No te da pareja: te da soledad.
✅ No te da hijos: te hace domadora de gatos.
👉 Y si quieres sentirte libre… mejor adopta una perra sin Instagram. Ella sí entenderá tu silencio.
🎪 El circo de la diversidad
Diversidad en el boxeo olímpico. Igualdad en el breakdance olímpico.
Un clítoris mal acariciado liderando un comité de igualdad.
👉 Parece inventado. Pero hay documentos gráficos.
El feminismo no es un síntoma. Ni un movimiento. Es un producto patrocinado por los clubes de alterne.
📝 Cierre: volver a lo esencial
Esto no es un ataque a las mujeres. Es un homenaje a las que no gritan, pero trabajan. A las que no tuitean, pero sostienen. A las que no se adornan, pero iluminan.
👉 Es una súplica por volver a la cordura.
👉 Es un intento de sublimar a la mujer normal, la que no necesita pancarta ni cuota para ser indispensable.
👉 Es una crítica a convertir la igualdad en carnaval de pancartas.
🖋️ Frase para la posteridad:
“Cuando la igualdad necesita maquillaje, cuotas y trending topics… ya no es igualdad: es negocio.”
📌 PD:
“Escribiendo esto en servilletas robadas de un Sephora, sentada en una mesita de probadores de cremitas anti-edad de Lancôme, mientras suena ‘Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan’ (Shakira x Bizarrap Session #53). No sé si he ganado algo… pero al menos no he pagado el sérum.”
🖤 Rocío Aso Iguarán
